lunes, 1 de mayo de 2017

PRIMERO DE MAYO 2017, NI CONTIGO NI SIN TI.


Habida cuenta de todo lo que está pasando en sindicalismo, política, teoría, lucha de clases, organización, movilización, capitalismo, neoliberalismo, defensa de la libertad, de la democracia, y hasta del socialismo, (qué largo me lo fiáis), me veo en la obligación moral de decir un par de cosas, o una cosa con su doble sentido. Tengo una opinión muy negativa de la actuación de los actuales sindicatos "de clase" españoles, que son lo que más directamente conozco, veo y siento, y para ser más concreto y justo, de sus burocratizadas direcciones a todos los niveles, de CCOO y UGT, y especialmente de CCOO, que es donde me formé sindicalmente y de donde procedo. 
Y nada más lejos de mis palabras, afirmaciones e intenciones, que recurrir al socorrido tema de que cualquier tiempo pasado fue mejor para glosar lo bien que lo hacíamos en aquella época de clandestinidad y salida de la misma, y lo buenos, entregados, inteligentes y revolucionarios que éramos. Entonces había de todo, teníamos nuestras propias contradicciones personales y colectivas y vivíamos tiempos de compromiso y trabajo arriesgados, por la represión social y laboral en la dictadura y por el tener que crear e improvisar en la transición política y sindical. Al alcanzar las libertades democráticas actuales y ser legalizados los sindicatos, intentamos consolidar y fortalecer todo lo que estaba embrionariamente organizado en fábricas y centros de trabajo grandes y medios, donde por el número y la presencia de militantes políticos había sido posible llegar a más gente y encuadrarla en una cierta orientación y disciplina. Y todo ello no se hizo sin un fuerte, y conflictivo debate sobre "unidad sindical ya", sin constituirse en sindicato, intentando forzar la unidad a partir de la organización, experiencia y fuerza de CCOO, que había actuado practicamente en solitario durante la Dictadura, o crear ya el sindicato de CCOO, para no perder más tiempo y afiliación, ya que se iba engordando la UGT, que ya había celebrado su Congreso con la venia del gobierno de la época, y otras corrientes minoritarias, creaban también sus estructuras organizativas, en general contra CCOO, por "moderada".
CCOO tenía organización y fuerza en muchas empresas lo que le daba capacidad para intervenir a nivel general. En las primeras elecciones sindicales CCOO tuvo una amplia mayoría, seguida de UGT, las dos obtuvieron el 70% de los delegados/as elegidos. La organización sectorial por ramos y territorial permitía tener una visión de conjunto. Para llegar a las empresas más pequeñas y dispersas las Federaciones y Uniones coordinaban cuadros sindicales y delegados/as. Sin agotar el tema con estos breves apuntes, sólo quiero resaltar que la organización, la coordinación, la participación y el debate, eran los instrumentos básicos para intervenir en el conjunto del movimiento obrero y mantener la tensión para los dos elementos esenciales del sindicalismo de clase: el primero, la lucha por la mejora de las condiciones de vida y de trabajo, a través de la negociación colectiva de empresa, ramo y general y la presión,  y de la huelga cuando era necesario y posible; y el segundo, ampliar, fortalecer y desarrollar la conciencia de clase y el nexo social solidario y unitario que une, o debe unir, a todos los trabajadores y trabajadoras. Las asambleas de delegados se convirtieron en un importante instrumento para todo ello. Me he dado cuenta, y los datos así lo confirman, que progresivamente se ha ido degradando y burocratizando en CCOO, ya no digo en UGT, lo que antes era como una declaración de principios inalterable. Creo que actualmente la burocratización que acecha a cualquier organización por muy combativa y avanzada que haya sido, o que considere ser todavía, se ha impuesto en el funcionamiento general de CCOO y la participación diversa que antes se impulsaba ha dejado de existir.
Por otro lado, los sindicatos son imprescindibles, CCOO y UGT en primer lugar, por ser los que, a pesar de todo, tienen más afiliación, presencia y capacidad de convocatoria. Cuando los sindicatos han convocado huelgas generales y movilizaciones, no hace tanto, ha habido una importante participación y el poder político y económico lo ha debido tener en cuenta. En consecuencia, se trata de tirar el agua sucia pero no al niño con ella. En plata, trabajar en los sindicatos a todos los niveles de forma organizada, con propuestas e ideas que tengan en cuenta que se han producido cambios técnicos muy importantes en las estructuras de la clase trabajadora. Ya no existen en general las grandes empresas de producción en cadena con miles de trabajadores cada una, pioneras en la lucha sindical y política, pero sí existen los miles de trabajadores en servicios y en grandes superficies, en las cuales los empresarios lo primero que hacen para contratar, normalmente temporalmente y en precario, es prohibir  a los trabajadores/as sindicarse, amenazándoles con el despido. Organizar de otra forma para la participación, el debate y la decisión colectiva es una de las tareas principales que deben impulsar y realizar las direcciones sindicales para salir de su rutina burocrática y recuperar la máxima del sindicalismo de otros tiempos: negociar y presionar al mismo tiempo ya que la negociación en frío de las direcciones sindicales con la patronal y los gobiernos en la mesa siempre acabará en un fracaso o en la aceptación de las tesis y lenguaje del adversario de clase. Sinceramente, creo que es lo que está ocurriendo. Y como algo que ya raya el esperpento, en el sindicalismo en general y en el catalán en particular, se está diluyendo el sentido universalista de unidad y solidaridad de clase y se están aceptando las tesis nacionalistas de las diversas burguesías. Sería cómico, si no fuera tan grave, ver a Javier Pacheco, sucesor de Gallego al frente de CCOO de Catalunya, y a Camil Ros, sucesor de Álvarez, apoyar a Llach en su astracanada represiva contra los funcionarios, después de haber hecho Ávarez y Gallego todas las declaraciones de adhesión  y fotografiarse sumisamente con Carme Forcadell, Junqueras, Mas, Neus Munté y la sagrada familia del independentismo.  
Escrito este Primero de Mayo en clave constructiva aunque no lo parezca. No pretendo que el sindicalismo, y en concreto CCOO, se convierta ahora en un ente revolucionario que sustituya la deriva ideológica y política de la izquierda política y su auto liquidación, sólo pretendo decir que estaría bien que recuperara lo mejor de su historia y tradición. 

                                    ASAMBLEA GENERAL DE CCOO EN HOSPITALET.


 CAMIL ROS, DE UGT DE CATALUNYA E INDEPENDENTISTA Y JAVIER PACHECO DE COOO.
 GALLEGO,  ANTERIOR SECRETARIO GENERAL DE CCOO DE CATALUNYA Y JUNQUERAS.


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