miércoles, 27 de julio de 2011

OSLO. SOMALIA.

OSLO.
El fascismo es la criatura monstruosa de las llamadas crisis capitalistas. Cuando las leyes, normas y actitudes colectivas de orientación democrática, acompañadas de una actitud pasiva de la población que no cuestione el sistema económico, lo que podríamos denominar fascismo blando, no son suficiente para calmar el nerviosismo popular ante el paro, la reducción de derechos sociales, la especulación rapaz, la corrupción y todo tipo de fenómenos que hacen aumentar la inseguridad y la injusticia, surge y se desarrolla el fascismo violento, individual y colectivo.
Lo ocurrido en OSLO es fascismo en grado extremo, es terrorismo, y de ninguna manera se puede considerar el acto de un loco. Me importa un bledo si ese tipo está más para acá o más para allá, nadie es una máquina perfecta. Lo que está claro es que ese tipo se ha informado, ha mamado, ha analizado y ha metabolizado toda la documentación precisa para tener un móvil político al servicio de una causa criminal que, de inmediato, ha sido apoyada por miles de personas en el mundo, incluida España. Personas de relieve, personas anónimas y grupos que, al igual que el terrorista de OSLO, tienen una ideología, más o menos difusa, de carácter fascista, racista y xenófobo.
No valen llamadas, o excusas, referentes a la locura, como hacen gran cantidad de "periodistas" de los medios de comunicación filo-golpistas, que consideran terrorista a Fidel Castro, a Chávez y hasta al propio PSOE, salvo al terrorista noruego al que, dicen, se le ha ido la olla, con tal de no aceptar que es un personaje próximo a sus ideas. Toda la luz sobre OSLO para que nos alumbre la comprensión de los profundos fenómenos de base fascista que se están produciendo en Europa, incluida España. Toda la solidaridad con el pueblo noruego.


SOMALIA.
En Somalia está muriendo la gente de hambre y enfermedad. Los niños son los más vulnerables y afectados. Están amenazadas millones de personas. Hace mucho tiempo que se conoce la realidad de Somalia. Se conocían desde hace muchos años las necesidades reales de estructuras para el desarrollo agrícola y económico, de infraestructuras educativas y sanitarias, de viviendas, tan modestísimas como se quiera pero capaces de proteger de la intemperie y, de manera especial, de paz y convivencia pacífica para abordar la vida individual y colectiva. En vez de todo esto Somalia ha tenido enfrentamientos, guerras por intereses internos y externos, corrupción y rapiña. Mientras millones y millones de euros iban, y van, para armamento, en la zona, en las guerras de Yugoslavia, Irak, Afganistán y ahora Libia, millones de personas, en Somalia y en otras partes, morían, mueren, de hambre y enfermedades curables.
Ahora, el occidente hipócrita y responsable en gran parte de los actuales muertos de Somalia, se rasga las vestiduras de sus organizaciones caritativas y clama al cielo por una ayuda solidaria. No ha habido dinero para pozos, para escuelas y hospitales, y para la paz y la convivencia y ahora se pide la solidaridad para enviar alimentos. La ONU, controlada por EEUU y amigos y el lacayo Ban Ki-moon, y la Unión Europea, van a enviar unas toneladas de alimentos. La UE se "compromete" a aportar 80 millones de euros. Saben qué les digo, esta ONU, esta UE, y este mundo de la rapiña, dan asco. Está bien la solidaridad cuando está fundamentada en la justicia, cuando se basa en la inmoralidad política es escaso pan para hoy y hambre para mañana. A pesar de todo, que fluya algo de solidaridad, es lo único que tienen en este momento los somalíes.

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